– Están usurpando tu sitio, parece que hay un niño. Y con insidiosa estima, al voleo, el barrio, la cuadra, la casa.
Viviendas adosadas, balcones donde el óxido hace suyo al hierro y lo degrada, donde el yuyo juega en la azotea con el incipiente árbolito.
La furia de junio, une los extremos de la balustrada con grueso alambre, toma la ropa y la zarandea, unas se agitan como banderas de colores y otras se insunflan como estandartes.
Las latas lucen reclames y emergen de ellas altivos malvones, gotones de colores indefinidos, caen y revolotean sobre idas molduras.
La mayoría de la puertas, altas y angostas, de madera noble, lloran sus faltantes y con ojos y bocas abiertas escudriñan y hablan al paseante de como muerde la pobreza.
Esmaltados y saltados números indican las viviendas, donde se pasea la dejadez de años.
Ahí sin puerta, sólo el marco indica la entrada, los baldosones blancos y negros dan un empujón a la escalera incongruente de mármol blanco, que se encuentra aprisionada por la paredes, cuarteadas, desconchadas, y verdosas por la humedad.
La mujer se detiene, su mirada se pierde en los gastados peldaños, en el pasamano oscuro, y al final de los trece escalones, divisa el rellano donde los tirantes de la bobedilla gritan al cielo; de ahí otro marco de una inexistente puerta, donde nace otra escalera, otro oscuro pasamano, una repetición incesante de una luz gris, azulada, rojiza.
No comprende, pero admite su derrota. Tiene que ser algo positivo para él la aventura de subir esos largos tramos.
Se aleja. Su figura se siente innundada de ese viento fuerte, que viene subiendo por la calle, que la empuja, la barre, la encoje, la dobla y a su vez la hincha y la agranda; ni reclamaciones, ni reproches…sin palabras.
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El tiempo ha pasado infinitas veces y el olvido y el óxido se han asentado fumando interminables cigarros. A veces el viento llega y luego se va. besos, abrazos y rosas para ti.
Me he acostumbrado al perfume de las rosas…Gracias mi amigo de tantos años.
Un abrazo y hasta pronto.
La crudeza y realidad de tu cuento, tus letras…llaman incesantemente a la reflexión y a una transformación del mundo.Mientras brilla entre esas escaleras alguna luz que solo se adivina, buscando la esperanza. Un aplauso a tu modo de escribir tan bello,que provoca sensaciones…Besos y abrazos Stella. Elssa Ana
Creo que la luz en el rellanano busca el cielo, entre tirantes de madera y roídos hierros.
Gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo y hasta pronto.
Besos y abrazos Stella
Precioso, Stella, me quedo con este corte … es tan gráfico que … : “La mujer se detiene, su mirada se pierde en los gastados peldaños, en el pasamano oscuro, y al final de los trece escalones, divisa el rellano donde los tirantes de la bobedilla gritan al cielo; de ahí otro marco de una inexistente puerta, donde nace otra escalera, otro oscuro pasamano, una repetición incesante de una luz gris, azulada, rojiza.”
Creo que la vida se repite, en una larga escalera, y en ese descasillo, hay un poco de luz, si uno se atreve sube, o se detiene, o como en el caso, deja que un viento fuerte la empuje…
Uno elige…a los demás eligen por uno..
Un abrazo y hasta pronto.
Un abrazo, Stellla … Por cierto, sabes que cuesta salirse de tu página, tu música me atrapa.
Muy bonito, Stella. Y las fotos me gustan también…
Un abrazo
A tí que eres un espléndido fotógrafo, te debo una explicación. En éste caso, tenía la foto e hice el relato. Me atrajo desde el primer momento que vía la escalera en un barrio alejado.
Un abrazo y hasta pronto.
Pues magnífico relato inspirado de una foto…
Y es que nunca se sabe dónde está la inspiración. Casi siempre en los sitios más inesperados. Yo hay veces que de una noticia de la tele hago un poema. La inspiración no tiene tiempo ni tema…
Me alegro por la explicación, Stella.
Un abrazo
Impresiona éste relato que en la figura de una vivienda vieja y deteriorada nos muestra la profundidad de un espíritu oscuro y terrible………
Un Abrazo Stella 🙂 .
Creo que ignoramos todo, del que subió la escalera, y la que no se animó a hacerlo. No crees?
Un abrazo largo querido Joaquín.
Hasta pronto.
me encantaron tus letras y esas fotos son muy bellas
Soy una amante de la fotografía, y a partir de determinada época en el Blog las fotos me pertenecen. ( No soy fotógrafa )
Así que doblemente gracias.
Un fuerte abrazo.
Hasta pronto.